
La corresponsabilidad implica “el reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, tales como su organización, el cuidado, la educación y el afecto de personas dependientes dentro del hogar, con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres y hombres”.
No se trata solo de ayudar, sino de compartir de forma continua y equitativa las tareas que permiten que el hogar funcione y con ello conseguir que todas las personas que forman parte de la familia se sientan valoradas.
Los datos reflejan que las tareas domésticas, los cuidados de menores y de personas dependientes recaen de forma mayoritaria en las mujeres. Es necesario que los hombres se involucren activamente en su realización, con el fin de conseguir un equilibrio en el uso del tiempo y una participación plena de todos los miembros en la vida familiar y laboral.
IGUALDAD EN EL HOGAR
La corresponsabilidad en el hogar no es solo un acto de compartir tareas, sino de reconocer que tanto hombres como mujeres tienen la misma responsabilidad en el cuidado del hogar y la familia. Esto implica repartir de manera equitativa las labores domésticas, sin basarse en roles de género tradicionales, promoviendo un ambiente de respeto y colaboración.

TRABAJO EN EQUIPO
Las tareas del hogar deben entenderse como un esfuerzo compartido. Tanto hombres como mujeres deben contribuir para crear un hogar más equilibrado, donde cada uno asuma su parte de la responsabilidad, favoreciendo una convivencia armoniosa.
Es necesario que cada vez más hombres se sumen al cambio y rompan con el modelo de masculinidad tradicional que les sitúa como meros observadores en toda la cultura de los cuidados.

